Llego a las ciudades y no sé qué hacer. Miro, camino sin entender donde estoy. Juan siempre espera que le diga algo, pero lo cierto, es que no sé qué decir.
Hoy llegamos a París y la cara me cambió. La Torre me esperaba con brillos, rayos y centellas. Esperaba muchas cosas de París. Van un par de horas en este pedazo de ciudad, y ya me dio un par de cosas por las que debería elegirla.
Pronostico una sana obsesión por la Ciudad Luz