miércoles, 5 de agosto de 2009

Movidos


Viajamos escondidos en cascarones de pollito, y estiramos las manos rompiendo la dura cáscara mineral.
Abrimos los ojos y encontramos un mundo lleno de nuevas hojas, de paredes blancas relucientes. Paredes listas para recibir nuestro color, para sentir nuestra respiración y el temblor de nuestros latidos.
Nacemos a nuevas y viejas esperanzas, a miles de sucesos que desconocemos y que no vamos a saber enfrentar.
Pero estamos juntos, y plantamos los pies, nos ubicamos y salimos a patear la calle, a entrar por una puerta y a llamarla nuestra.

“Es el fin de una era”, escuché por ahí.

Pero comienza una nueva, le agrego yo