martes, 12 de julio de 2011

Desahogo

Estos días post-elecciones, los resultados adversos a mi manera de ver la política (que haya ganado Macri con tanta diferencia), me han puesto a leer, a intentar buscar razones, a ver qué propone el PRO. Me encontré con que su discurso y su acción es diferente.
Escucho a María Eugenia Vidal. Discurso armado, esquivador con buena cintura, "conciliador". Mucha felicidad para todos los porteños, muchas estrategias vinculadas con la supuesta teoría de no ponerse en una posición política.

Después de todo esto, he bajado los decibeles para intentar pensar con algo de claridad, para ver qué es lo que me molesta tanto de que Macri gane, de leer una columna de Rozitchner (hijo) y querer ir a buscarlo para darle patadas en el orto.

Y ya me di cuenta. Opa!
El discurso macrista, tan bien armado para el marketing, tan bien estructurado desde la imagen, desde la manipulación de datos (vamos muchachos que el Indec no es el único que tuerce números a favor), aparte de ser vacío, es negador.
Negador de su propia base, de lo que le ha conseguido ganar en zona sur, por ejemplo. Negador de sus punteros. Punteros netamente peronistas, punteros que siempre se ubican con el mejor postor. La presencia en los barrios más pobres de la capital, no ha sido con Macri dando vueltitas y tocando timbres. A lo sumo habrá hecho eso solo en la campaña, como estrategia marketinera. Mi laburo me puso en contacto con gente de organizaciones de las villas. Ellos me decían que el gobierno de la ciudad les ofrecía planes, que la gente los estaba agarrando. Ojo! No se los ofrecían a los beneficiarios, casa por casa, iban a los punteros, a los que les pueden dar apoyo. Eso que ellos tanto defenestran.

Me molesta que se postulen como apolíticos, como transparentes, como si estuvieran fuera de la estructura básica que la Argentina ha formado para hacer política. Me molesta que se hagan los sotas a la hora de ver que las obras públicas se las dan siempre a las empresas amigas (pregunten a cualquiera que trabaje en una consultora de ingeniería y participe en las licitaciones), que se oculte tan bien por la prensa la cantidad de coimas que se piden para habilitar un local. Me molesta la falsa honestidad.

Me jode que ellos digan que tienen otra visión de la política, que digan que nos vienen a salvar a todos de las garras de la corrupción nacional (que existe y es mucha) cuando ellos repiten las mismas mierdas que discursivamente repudian. Y como resulta que son tan corruptos como los que corrompen a nivel nacional, no me queda otra opción que mirar a nivel ideológico. Ver qué es lo que proponen para "erradicar la pobreza", para "cuidar la salud pública", etc. Y nada de lo que veo me gusta. No me gusta su liberalismo, no me gusta su falta de compromiso con sus propias ideas y las de su electorado (háganse los boludos cuando se trata del matrimonio igualitario), no me gusta su noción de política. No me gusta él. No me gusta su equipo. No me gusta su discurso. Mucho menos me gusta lo que hace con la educación y con la salud.

Por todo eso. Macri andate a la puta madre.

Solo espero que los próximos años que te tocan de mandato no dejes a la ciudad en llamas.




PD: Tengan a consideración que me puse en un nivel de comprensividad y "tolerancia" altísimo. Si dejo salir mi ira, termino como el Tano Pasman

1 comentario:

la vidu dijo...

Alcoyana-alcoyana