jueves, 1 de septiembre de 2011

Revisión

Mientras esfuerzo mis recuerdos, me tomo un café en un bar. Flotan en el aire reggaetones radiales, en mis auriculares Regina, y en mis ojos pasan letras que despiertan una sensación familiar. Una sensación de deja vu…

…Estoy sentada como siempre, en el segundo banco. Apoyada la espalda contra la pared y despatarrada paralela al banco. Adelante, Rita escribe apuntes en el pizarrón, y la escucho casi sin necesidad de retener lo que pronuncia. Mi memoria guarda en algún lugar escondido los gestos, los míos, los de ella, el ambiente del aula. Hablar ahí sí que no me cuesta, me resulta natural y agradable. Siento necesidad de decir algo, de interpretar eso que leo, como si buscara las palabras justas para improvisar algo.
Una profe suplente con lenguaje universitario fracasa maquiavélicamente con el análisis discursivo. No me acuerdo haberme esforzado tanto como esa vez para hacer algo. Sabía que no había nada definitivo en esos garabatos en la hoja, sin embargo su respuesta como sonrisa me decía que había hecho algo bien. Que aunque más no fuera, el esfuerzo estaba justificado.
Antes o después, una luna, mirada con diferentes ojos, alumbraba una mortaja negra, una mujer, un camino. Luego… escuchaba las palabras esperadas.


Ahora junto pedazos, necesidades de textos, de pensar, de sostener una soga de la que me aferro.
Lo que a veces parece agotado, hoy se despierta con un cuento, con sus textos, o con las charlas en el auto yendo a cualquier lado. Quisiera desmenuzar hojas, exprimirlas, vaciarlas de contenido y ordenar todo otra vez, como un rompecabezas, como piezas listas para ser miradas.
Cada vez que lo tengo enfrente soy como una niña otra vez. Tengo hambre.

1 comentario:

El Cronista dijo...

Uy, se puso críptica la cosa. Como conozco mucho de la autora, veo un colegio, el de siempre, veo una charla en el auto, ¿con quien aquí escribe?, y veo algun profe de secundaria, por ahi de esos que uno no entiende de momento, pero que despues resulta que uno los valora, que te das cuenta que estaba haciendo algo distinto a las gordas maestras de blanco de siempre.
Me gustó lo de reorganizar las páginas, exprimirlas. Si pasase eso, creo que encontraríamos lo mismo siempre en cada uno de nuestros textos, sólo que dicho de mil maneras distintas. Como dijo JLB, "soy aburridamente monotemático".