jueves, 4 de septiembre de 2008

Pequeñez


Hoy me levanté…. Medianamente de buen humor.
El día estaba frío pero con solcito.
Después del trabajo me espera un barcito con alguna coca y lecturas que imagino agradables.
Pero mi trabajo, como sucede muchas veces, me hizo enojar.
No ese enojo de querer romper cosas. El enojo de puchero infantil.

Sí, hoy es uno de esos días en que frunzo la ceja y cada vez que pasa mi jefe por al lado hago un claro pero imperceptible bufido
- PUFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF

A causa de mi enojo tan poco adulto, me estoy lastrando todo un paquete de galletitas, que encima casi no tienen sabor (aparte de no tener gluten).

Es que hoy es el día de la secretaria… Y mi jefe apenas si se acordó de saludarme… Y toooooooooodas recibieron regalo menos yo.

Sé que no tiene razón de ser este enojo y/o berrinche. Pero quería manifestarme de manera madura y sin escándalo mayor.
Y qué mejor lugar que mi propio blog.

He dicho

1 comentario:

El Cronista dijo...

Uh! Tu jefe es re malvado, pero no vamos a escracharlo igualmente.
Se va a acordar de vos cuando ya no te tenga en el escritorio y grite por vos y nadie le responda!!
Debería haberte llevado aunque sea un alfajor sin gluten.
Por ahí mañana se siente mal y te lleva algo (aunque no lo creo).
Después de todo es un día al año. El resto son días de los Jefes.
Creo que un día las secreataria van a armar un rebelión total y los teléfonos van a sonar hasta dejarnos sordos, y los expedientes van a retozar en oscuros cajones, y las calles se van a llenar de bellas mujeres en polleras grises.
Saludos, y feliz día!